El Trastorno del Vínculo se relaciona con aquellos niños y niñas que han tenido una infancia con una figura de apegoambivalente o cambiante, relacionándose sobre todo con aquellas personas que han sido adoptadas.
Por tanto, lo presentan aquellas personas que tienen dificultades para establecer una estrecha relación de
confianza y cariño con la familia adoptiva. Como decíamos, el término con el que se
conoce esta dificultad es Trastorno Reactivo de Vinculación. Como su
nombre indica, la dificultad para vincularse se debe a una reacción como
consecuencia de algo que el niño/a experimentó en el pasado. El grado de gravedad dependerá del tipo y de la intensidad del trauma que
sufrió.
Los trastornos del vínculo están relacionados con las experiencias en
los primeros años de vida. No hay que olvidar que los niños adoptados
sufren en los primeros días de su vida un primer abandono, junto con los
problemas que sus madres biológicas puedan padecer, como falta de
recursos económicos, enfermedades y
conductas adictivas que les hacen imposible cuidar de ellos.
Más adelante pasan a estar institucionalizados en centros en los
que es difícil mantener un vínculo afectivo con un cuidador puesto que
el cambio de personal es constante. E incluso en otras ocasiones, los cuidados higiénicos, nutricionales dejan mucho que desear y por otro lado, existe la presencia de malos tratos
físicos o sexuales en cierto porcentaje.
Todo ello conduce a que el niño en sus primeros años de vida no
establezca vínculos de seguridad con ningún adulto responsable y las
relaciones con los adultos son de inseguridad y de desconfianza.
Cuando los niños llegan a sus familias adoptivas, el cambio de
condiciones respecto a los cuidados nutricionales, higiénicos y de
afecto hacen que el niño se adapte rápidamente.
Más adelante, durante la adolescencia, que es la etapa de la vida
en la que el chico o chica se relaciona más a nivel social, es cuando
aparecen de forma más evidente las dificultades de relación.
Pueden manifestarse con actitudes de desconfianza hacia los demás
o por el contrario, con una actitud de confianza excesiva en personas
desconocidas llevándole a conductas de riesgo y/o delictivas.