Estaba viendo las noticias esta mediodía y salió un nuevo informe de la FAO. En este nuevo informe se alerta de que cerca de 870 millones de personas, han padecido subnutrición crónica en el período 2010-2012, según lo publicado hoy.
La gran mayoría de las personas que padecen hambre, 852 millones, viven
en países en desarrollo -alrededor del 15 % de su población-
mientras que 16 millones de personas están subnutridas en los países
desarrollados.
Se hace un análisis sobre la etapa que estamos viviendo de crisis económica y es que ésta provocada en 2008-2009, no condujo de forma inmediata una
fuerte desaceleración económica en muchos países en desarrollo, como se
temía que podía suceder, las consecuencias han sido mejor de lo esperado.
El informe sugiere que, si se adoptan medidas adecuadas para revertir la
desaceleración de 2007-08 y para alimentar a los hambrientos, cumplir
la meta del Objetivo de Desarrollo del Milenio (ODM) de reducir a la
mitad la proporción de personas que padecen hambre en el mundo en
desarrollo en 2015, es aún posible.
De todo el informe se determina que los sistemas de protección social son necesarios para asegurar que los
más vulnerables no se quedan atrás y puedan también participar,
contribuir y beneficiarse del desarrollo. Medidas como las
transferencias de efectivo, bonos de comida o seguro de salud son
necesarios para los más vulnerables, que a menudo no pueden aprovechar
de forma inmediata las oportunidades para crecer. La protección social
puede mejorar la nutrición de los niños pequeños, una inversión que dará
sus frutos en el futuro con adultos mejor educados, fuertes y sanos.
Con una protección social eficaz que complemente un desarrollo económico
inclusivo, el hambre y la malnutrición pueden ser eliminadas.
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